Capitulo 9

No recuerdo que tipo de magia utilizaba Aine, ni se cuál fue la razón para que el Gran Duque Infame acepte que si hija sea la prometida del príncipe heredero. Ni la magia de los otros protagonistas.

Pero en ningún momento en la novela la autora describió a Aine con ojos que parecen una noche estrellada, solo decía que tenía ojos negros.

'A no ser que sea una consecuencia por ser bendecida por eso Dioses'

"Toc"

Any entro con una mamadera y un objeto más, creo que es un libro.

"Buenas tardes pequeña señorita, después de comer le leeré un libro ¿Qué le parece?"

'¿Un libro? Perfecto así podre saber cómo es el idioma de este mundo.'

Después de tomar mi leche, Any se sentó junto con migo en el suelo para leer el libro que me trajo

"Toc Toc Toc, Any vino gente del palacio central y están llamando a todas las sirvientas."

Una sirvienta dijo eso sin entrar a la habitación.

"Ya bajo"

Any y yo nos miramos, sabíamos que era por el incidente de la leche. Any temblando se paró y me dejo en la cuna.

"Pequeña señorita, vuelvo enseguida. No se preocupe no dejare que me separen de usted."

Any tapo mi cuna con cortinas y se fue.

'Mejor me acuesto, si alguien entra solo cerrare los ojos. No puedo dejar que nadie mire mis ojos.'

Any se dirigió a la entrada de la casa, donde estaban todas las sirvientas en fila.

Cuando Any fue traslada junto con la bebe al pequeño palacio, la trasladaron junto con 15 sirvientas y una sirvienta superior. La sirvienta superior que era de origen noble se encargaba de la administración del pequeño palacio. Pero ninguna sirvienta realizaba su trabajo y Any nunca veía a todas las sirvientas en el pequeño palacio.

Esta era la segunda vez que veía a todas las sirvientas y eso era porque el mayordomo del palacio central visito el pequeño palacio. Para su suerte el mayordomo no entro al palacio, él estaba parado frente a todas las sirvientas en la puerta de la entrada.

"Hace dos semanas una sirvienta de este palacio ingreso a la cocina del palacio central insinuando que no había leche para la princesa."

Any agacho su cabeza deseando que el mayordomo no la reconozca.

"Bien, gracias a eso. Se descubrió muchas cosas interesante."

"La sirvienta a cargo de la administración de un paso al frente."

"Señor Wosh, soy Marin la sirvienta a cargo de la administración del palacio."

Una mujer de edad mediana hablo despues de dar un paso hacia adelante.

"Bien, dime ¿qué tienes que decir con respecto a la acusación de la sirvienta?"

"Ella miente, se designa una gran cantidad de dinero para los gastos de alimento para la princesa."

"¿Enserio? ¿Estas segura?"

"Si señor Wosh, yo entrego una gran cantidad de dinero a la sirvienta encargada de la cocina para que compre lo necesario."

"Entonces, que dé un paso hacia adelante la sirvienta a cargo de la cocina."

La mujer a lado de la sirvienta a cargo dio un paso hacia adelante.

"Y dígame señorita Marín ¿Quién es la desvergonzada sirvienta que dio la falsa acusación?"

"La ultima sirvienta que está en la fila de su derecha."

El mayordomo se acero a pasos grandes donde estaba Any.

"Tu un paso al frente, di tu nombre y cuál es tu cargo en este palacio."

Any temblando y con la cabeza agachada dio un paso al frente.

"Soy Any, encargada de cuidar a la princesa."

"Si tu cuidas a la princesa ¿porque no estas a cargo de la administración de este palacio?"

"Po-porque soy solo una plebeya señor."

"¡Marin! ¿Quién te puso a cargo de las finanzas y administración de este palacio?"

"La jefa de las sirvientas la señora Martina"

"Bien, hablare después con ella."

"Señorita Any ¿Tiene algo que decir en su defensa?"

Any sabía que era la palabra de una plebeya contra la de una noble, tal vez ellas eran sirvientas, pero su estatus era diferente. Any sabía que creerán en todo lo que diga Marin.

Any era una joven tímida, no era capaz de afrontar tal situación y Marin sabia eso, sabía que se quedaría callada sin defenderse.

Pero Any ahora tenía a alguien que proteger y esa persona era su pequeña señorita, no podía dejarla sola con estas personas malas.

Any alzo la mirada y miro fijamente al mayordomo.

"La señorita Marin miente"